El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el martes por unanimidad una resolución sobre la epidemia de ébola en República Democrática del Congo, a través de la cual insta a todos los actores en el terreno que intensifiquen la lucha contra esa enfermedad, especialmente en las áreas de hostilidades en las que se propaga.
Propuesta por Etiopía y Suecia, la resolución "insta al gobierno congoleño, a la Organización Mundial de la Salud y los otros involucrados que enfrentan el ébola a continuar aumentando la transparencia y la precisión de sus informes diarios sobre el avance de la epidemia".
El texto recuerda que es "responsabilidad principal del gobierno congoleño proteger a los civiles dentro de su territorio y dentro de su jurisdicción, y especialmente protegerlos de los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra".
Los 15 miembros del Consejo de Seguridad también señalaron que están "profundamente preocupados por el estado general de seguridad en las áreas afectadas por el brote de ébola, que está comprometiendo seriamente la respuesta de emergencia y facilitando la propagación del virus en la República Democrática del Congo y en la región".
Además, en la resolución piden "a todos los grupos armados, incluidas las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, grupo armado rebelde), que pongan fin de inmediato a las hostilidades".
En los últimos meses, la ONU ya había manifestado su preocupación por el riesgo de propagación de la epidemia en Burundi, Uganda, Ruanda y Sudán del Sur. El texto también pide a estos países que fortalezcan sus capacidades operativas para controlar la enfermedad en total cooperación con la OMS.
La República Democrática del Congo ya había sido golpeada por el ébola nueve veces desde la aparición del virus en 1976. Éste se transmite por contacto físico con fluidos corporales infectados y causa fiebre hemorrágica.
Este décimo brote fue declarado el 1° de agosto en Mangina, en la provincia de Kivu del Norte (este). El epicentro de la epidemia luego se trasladó a la frontera con Uganda, en Beni, bastión del grupo armado ADF, que multiplica los ataques contra civiles, lo que complica la respuesta sanitaria.